martes, 14 de mayo de 2013

El Cestoball de San Luis, reflejado por el Diario de La Republica: "Guardianas de una pasión que quiere volver a la gloria"

Siempre es agradable llevarles a ustedes notas sobre Cestoball en medios locales o nacionales. A continuación, les ofrezco la que publicó el Diario de La República, de San Luis. Gracias colegas por darle espacio a nuestro deporte. Y gracias al presidente de la Federación Sanluiseña, Carlos Colaut, y a Nano Acosta por su colaboración en todo momento.

Martes 14 de Mayo de 2013-Diario de La Republica, provincia de San Luis

Informe especial:guardianas de una pasión que quiere volver a la gloria

Es uno de los pocos deportes que fue pensado sólo para las mujeres. En la actualidad sólo quedan ocho equipos.

 
Aunque tiene una larga tradición en el deporte argentino, el cestobol pierde adeptos y jugadoras todo el tiempo. San Luis está entre las pocas afortunadas que todavía tienen equipos fuertes.
La fuente de vida del cestobol puntano es la pasión de las jugadoras, que hacen de todo para mantenerlo vigente. Sin embargo, las dificultades nunca detuvieron a las chicas de las instituciones más importantes de Villa Mercedes: el Club Recreativo Hijitus, San Martín y Vicente Dupuy.
Tres de las cuatro deportistas que hablaron con El Diario, Julieta Gil, Jésica Ángeli y Marcia Cervino, jugaron prácticamente toda su vida, algunas están en la categoría de “veteranas” aunque sus edades cronológicas digan lo contrario. Mientras que Jazmín Santichio, de 17 años y revelación de 2011, transita por ese mismo camino de gloria.
Como la mayoría, Julieta, comenzó de pequeña y hoy también se encarga de forjar el futuro del cestobol. “Empecé gracias a una profesora de gimnasia que me veía condiciones y me invitó a una escuela, que era donde antes practicábamos. Ahí di mis primeros pasos, de hecho actualmente juego para el mismo club. Ahora estamos en otro lado, en un cancha cubierta porque la escuela en la que practicábamos no reunía las condiciones para entrenar”, contó.
Y como si sortear obstáculos fuera una parte del juego, agregó: “Siempre luchándola mucho con este deporte nuestro porque la verdad es que tiene poca competencia, poca promoción, así que siempre peleamos para que crezca. Yo trato de difundirlo lo más que puedo”.
Esas ganas de que más gente conozca y practique cesto fueron las que la llevaron a comprometerse más y a sacrificar más de su tiempo para entrenar nuevas chicas. "A las nenas hay que engancharlas con el cesto. También tenés que mezclar el entranamiento con actividades recreativas. Estos días me pasa que las veo muy entusiasmadas porque empezaron a jugar y me preguntan todo el tiempo cuándo lo volverán a hacer. Es difícil que una nena se prenda si no tiene con quién competir. Porque eso les encanta", explicó.
Como para suplir la falta de grandes competencias para las categorías inferiores, los clubes realizan otros encuentros entre ellos en los que invitan a las familias de las jugadoras y arman partidos, aunque no jueguen por puntos.
Para Julieta el cestobol es el que mejor encaja con la personalidad de una mujer y hasta lo definió como "muy delicado" y "sumamente femenino" aunque en la cancha, con el fuego del partido, las chicas no lo demuestren mucho.
Marcia, que para la entrevista estaba en su rol de secretaria de la Federación Sanluiseña de Cestobol, contó que cuando ella jugaba los partidos eran menos violentos. "Antes una jugaba más tranquila, pero con los años se juega otro tipo de juego con más velocidad, es más rápido lo que hace que vayas más al choque ¡Y eso que el contacto físico no está permitido! De hecho, ahora en el reglamento se bajaron los fouls, había ocho (antes de la expulsión) y justamente se redujeron para evitar el contacto físico", detalló.
Lo que sucede es que por la mayor cantidad de los encuentros, a falta de trofeos o grandes títulos, lo único que está en juego es la camiseta y el orgullo de equipo, tal vez esa sea la razón de la ferocidad de las chicas en la cancha. Sin embargo la preocupación de Marcia es que se desvirtúe el juego.
Ella es una de las "veteranas", empezó a jugar a los ocho años y hoy, a los 36, lo sigue haciendo con la misma garra de siempre.
De todas maneras, reunidas en la casa de Marcia, alrededor del mate y charlando de forma tan amena, nadie sospecharía que son las mismas que disputan partidos a muerte.
Para la dueña de casa el gran problema de este deporte es la falta de jugadoras. Una tendencia de la que San Luis no se salva porque al parecer las únicas interesadas en jugar cestobol están en Villa Mercedes, un fenómeno que no se explican muy bien.
"Siempre se practicó acá, en Capital nunca se radicó. Eso sólo se generó acá, en Mercedes. Y después con los años y las generaciones se mantiene. Además, la pasión de la jugadora de cesto es muy interesante y es lo que las hace seguir en el deporte", destacó.
"Por ahí la difusión es muy difícil porque se necesitan muchas herramientas: presupuesto, gente, espacio físico. Pero la idea de ahora es expandirnos a toda la provincia y estimular a la gente para que haga este deporte. Porque es muy lindo y la que lo practica le gusta. Es una competencia sana, el juego en equipo es muy importante porque te enseña un montón de cosas y es muy completo como deporte, porque trabajás todo el cuerpo. Además lo podés hacer de chica y hasta grande", remarcó Marcia.
Las jugadoras ven en los intercolegiales una nueva chance para el cestobol y aunque ya no se enseña en las escuelas, la federación y clubes quieren participar, ese es el gran proyecto que tienen en conjunto por estos días.
"Lo que pasa es que ahora con los Intercolegiales, se enfocaron más en fortalecer a los deportes que entran en competencia y bueno el plan ha sido que este año la federación se encargue de la difusión en la provincia, cosa que hemos hecho en varios puntos, en Merlo, en Concarán, en Justo Daract, en el sur. En San Luis ya hablamos para ir a dar capacitaciones. Concarán ya empezó, eso es un buen avance. Y el año que viene queremos entrar a los Intercolegiales aunque sea como invitados y mostrarnos. Armar distintos equipos para que hagan demostraciones y después, claro, actuar", adelantó Marcia.
Otro de los factores que mantuvo al cestobol vivo en la ciudad de las diagonales fue que las instituciones también se quedaron al lado de quienes quisieran jugar y siempre con el objetivo fijo de hacer crecer al deporte. Sin embargo, todas reconocieron que hubo grandes momentos de crisis que pusieron en peligro al futuro del deporte.
"Cuando yo arranqué, que lo hice a los doce, hace ya trece que juego, sólo estaba Dupuy, San Martín y Deportivo Mercedes, ahora somos ocho. Pero antes de eso hubo un tiempo de crisis. Estuvimos sin ir a campeonatos argentinos porque quedó un solo club y después volvieron ustedes (los clubes de Julieta y Jazmín) en 2010. Además abrieron un club nuevo. Un entrenador armó un club de cero con todas las categorías y ahí empezó a moverse de vuelta, luego se rearmó Dupuy y se fundó la federación", contó Jésica.
Ahora el cestobol pide pista para vivir su sueño de salir de Villa Mercedes y hacer de San Luis un contrincante que le pueda hacer frente a las potencias que son La Pampa y Buenos Aires. "Lo que pasa es que nosotras tenemos sólo ocho equipos. En cambio, ellas siempre fueron bastantes. Eso de tener siempre competencia te ayuda muchísimo, porque después, cuando jugás, te mata la diferencia", dijo Julieta.
Las chicas quieren volver a tener un lugar de relevancia en el mundo del cestobol y poder obtener los primeros puestos a los que llegaron en su mejor momento.
En la actualidad, los clubes se enfrentan a la competencia con otros deportes, sobre todo, del handball que tiene semilleros en las escuelas de toda la provincia. La falta de jugadoras es otro de los grandes problemas, pero no pierden la esperanza y ya pusieron manos a la obra para revivir a un deporte made in Argentina que en San Luis puede tener un mejor futuro.
"Creo que cualquiera puede hacer cestobol, a cualquier edad, mientras uno tenga ganas de hacer algo, lo puede hacer", cerró Marcia.

Un deporte nacional con poco reconocimiento y muchos años

Enrique Romero Brest se convirtió en padre del cestobol en 1903. El profesor de gimnasia lo pensó como una práctica exclusiva para mujeres.

 Una de las razones por las que el cestobol no logra conseguir más adeptos ni expandirse radica en su origen. Aunque resulte contradictorio, y hasta un poco irónico, el hecho de que sea un deporte netamente argentino no ayudó para que sus jugadoras tuvieran un futuro.
Enrique Romero Brest se convirtió en padre del cestobol en 1903. Tal como indica la tradición, el profesor de gimnasia lo pensó como una práctica exclusiva para mujeres. En aquel momento el objetivo también era acercar a las jóvenes al deporte.
Para formar el reglamento, Romero Brest, quiso fusionar otras prácticas que ya estaban vigentes: el korfball holandés y el netball inglés.
El korfball es un deporte mixto con equipos que cuentan con dos mujeres y dos hombres. Mientras que el netball es sólo para mujeres.
Con la pelota al cesto ya incluida en la enseñanza escolar, para 1930 organizaron el Primer Campeonato Argentino de Cestobol. Dos años después el deporte se unió al vóley para poder conformar la primera federación. Veinte años más tarde se independizó y formó su propia organización.
Recién en los '80 las federaciones internacionales sudamericanas de korfball y netball comenzaron a reunirse para terminar de delinear los reglamentos del cestobol y finalmente darle el reconocimiento que se merecía con ya 81 años de vida. Para ese momento hasta había una Confederación Sudamericana de Cestobol.
Cabe destacar que desde ese entonces y hasta la actualidad, San Luis, gracias a Villa Mercedes, figura como una participante muy activa de la historia del cestobol, junto a Santiago del Estero.
Sin embargo, a partir de 1986, en la época post renovación, todos los campeonatos argentinos, en todas las categorías fueron a parar a clubes de Buenos Aires o de La Pampa.
Aunque está en constante "peligro de extinción", el cestobol llegó tranquilo a sus 110 años y en la provincia ya está en movimiento para recuperar más territorio.

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